Gracias por depositar en mi corazón la bandera arcoíris, este reconocimiento es para tantas personas con discapacidad a las que la historia las dejó desnudas de derechos. Gracias, también, por dejarme compartirlo con gente tan brillante que ha dedicado su talento y su vida a celebrar diversidad y protegerla de las amenazas y del odio.

 

Estamos en la semana del Orgullo, un concepto del que también se nos ha privado, porque la discapacidad se categorizó en el temor, en la vergüenza y hasta en el castigo. Por eso mi reconocimiento de corazón a Boti García Rodrigo por pintar de colores España, al CERMI por no resignarse y poner rampas a nuestra plena ciudadanía, y mis amigas y amigos que me esperaron, me respetaron y me acompañaron en el reencuentro con este cuerpo no normativo y en reconciliación con mi sexualidad. 

 

Nuestros cuerpos son ese primer territorio en conflicto, cuerpos que otros patologizaron llegando el diagnóstico a colonizar nuestra propia existencia. Las personas con discapacidad nos creímos ese relato, asumiendo, en tantos casos que carecíamos de vida sexual y afectiva. 

 

Ya tenemos las llaves de aquellos armarios acorados, y la mejor prueba de ello este acto, y la presencia en él de personas que, como yo, nos rebelamos contra esa herencia perversa que tanto sufrimiento y dolor nos ha infligido.

 

Hoy nos ha convocado la libertad, no como slogan vacío, sino como valor supremo de los derechos humanos, la cual no se entiende si no va precedida la igualdad porque no se es libre cuando se es pobre, cuando se es mujer, lesbiana o con discapacidad. Somos libres cuando la igualdad pivota en nuestra cotidianeidad. Por eso Ministras y querido Nacho agradezco que os estéis dejando la piel para extender y restaurar derechos y sobre todo por querer fijarlos en las Leyes por si alguien tiene la tentación de revertirlos. Leo y Noah queremos disfrutéis de un presente y de un futuro sin vetos, que vosotras mismas podáis perfeccionar.

 

La IGUALDAD y también se comprende desde la acción comprometida de los movimientos sociales, que están llamados a entenderse y a quererse, porque yo no entiendo las causas únicas, a mi juicio las causas abiertas y sobre todo inclusivas. Por eso he trabajado con tantas activistas para generar encuentros y alianzas entre la discapacidad y las realidades lgtbi. Una revolución del respeto hacia mí misma y hacia mi país.

 

Hoy también dejamos constancia de que la interseccional aplica y atraviesa a la discapacidad porque realidades a priori neutras como en mi caso un chaval gay, con discapacidad y de un pueblo de Extremadura, no lo son y os aseguro que en confluencia hacen que las desventajas se multipliquen y la exposición a la vulnerabilidad se acreciente.

 

Nosotras, mejor que nadie, sabemos que las historias se han utilizado para desposeer, pero también sabemos que se pueden usar para facultar y para humanizar.  Y esas mismas historias que han quebrado nuestra dignidad, también pueden restaurarla. Reescribamos, por tanto, juntas nuestra propia historia en la autodeterminación, en la inclusión, en el respeto y en los DERECHOS. 

 

(*) Palabras pronunciadas por Jesús Martín Blanco en el acto de recepción del Premio Arco Iris/Orgullo País 2022 otorgado por el Ministerio de Igualdad